La gobernadora Maru Campos encabezó hoy la instalación de la muestra internacional “100 Pesebres en el Vaticano”, con un nacimiento artesanal rarámuri realizado por manos chihuahuenses, dentro del marco de La Navidad Mexicana en el Vaticano. 

En la Plaza de San Pedro, en la Santa Sede, fue inaugurada la octava edición de la exposición “100 Pesebres en el Vaticano”, que este año incluye por primera vez una representación mexicana. Chihuahua fue elegido como Estado invitado y su aporte cultural consistió en un nacimiento rarámuri inspirado en la Sierra Tarahumara. 

La obra, elaborada por artesanos de la región, busca reflejar la cosmovisión indígena: las montañas profundas, la sencillez de la tierra, la espiritualidad ancestral. Durante su discurso, Maru Campos destacó que “lo esencial no necesita adornos, y la luz se reconoce en el silencio, entre las rocas… cuando aparece en la noche más oscura”. 

“Este Nacimiento refleja la inmensidad de nuestras montañas y, al mismo tiempo, la sencillez de la tierra que Dios eligió para entrar en la historia humana. La tradición rarámuri comprende profundamente esta verdad: lo esencial no necesita adornos, y la luz se reconoce en el silencio, entre las rocas, incluso cuando aparece en la noche más oscura. Que este Nacimiento, proveniente del norte de México, nos recuerde que la esperanza nunca se extingue cuando se comparte”, afirmó la mandataria.

El evento contó con la presencia del Arzobispo Rino Fisichella, Pro-Prefecto del Dicasterio para la Evangelización, del embajador de México ante la Santa Sede Alberto Barranco y representantes diplomáticos, además de la delegación estatal. Con esta participación, Chihuahua se convierte en la entidad número 17 de México en formar parte de “La Navidad Mexicana” en el Vaticano. 

La inclusión de un pesebre rarámuri representa un giro estratégico en la diplomacia cultural: no sólo se promueve la tradición navideña internacional, sino que se visibiliza la riqueza ancestral de pueblos originarios del norte del país. Este tipo de gestos fortalecen la identidad regional y posicionan a Chihuahua como embajador cultural en un ámbito global. A la vez, proyecta un mensaje de orgullo histórico y pertenencia, destacando raíces que anteceden al presente.

La participación de Chihuahua en “100 Pesebres en el Vaticano” consolida un puente cultural entre lo local y lo universal; el nacimiento rarámuri se alza como símbolo de tradición, raíces e identidad compartida.