El presidente chino mantuvo una llamada con el presidente estadounidense en una conversación reportada por la agencia oficial china. El diálogo se produce en un contexto donde ambos países buscan gestionar fricciones estratégicas sin escalar a confrontaciones abiertas.

Fuentes oficiales señalaron que los temas abordados incluyeron estabilidad económica, coordinación en foros multilaterales y la gestión de crisis regionales; no obstante, los comunicados fueron escuálidos en detalles.

Observadores valoran el contacto como un mecanismo de “gestión de riesgos”: sirve para aclarar posiciones y preparar canales antes de reuniones multilaterales mayores. El intercambio también se interpreta como señal de pragmatismo operativo pese a las divergencias en materias como comercio, tecnología y seguridad internacional.