El gobierno mexicano y EE.UU. amplían su agenda estratégica para incluir el manejo del agua, enfrentando retos de sequía y compromisos del Tratado de Aguas.

El tema del agua ha escalado en la agenda bilateral, en medio de amenazas de aranceles por parte de la administración Trump y requisitos del Tratado de Aguas de 1944. México acordó descargar volúmenes significativos de agua de presas locales, afectadas por sequía, para cumplir obligaciones y reducir fricciones diplomáticas.
 
Integrar el agua en la agenda bilateral refleja una visión estratégica que combina seguridad hídrica, comercio y relaciones exteriores; requiere decisiones tácticas en infraestructura y sustentabilidad.

La agenda apunta a negociaciones definidas para enero de 2026 con objetivos claros de gestión compartida.