Figuras mediáticas y columnas de opinión han señalado que la Fiscalía no ha realizado cambios estructurales esperados y que ciertas retractaciones públicas han generado críticas sobre independencia institucional. 

Opinión pública y medios discuten decisiones como calificaciones de hechos (ej.: atentados) y retractaciones atribuidas a presiones políticas. Esto alimenta cuestionamientos sobre autonomía de la Fiscalía y el criterio para perseguir delitos de alto impacto. Autoridades niegan injerencias y aseguran que las investigaciones siguen su curso. 

La credibilidad institucional es clave; el desgaste mediático puede condicionar investigaciones de alto perfil y generar polarización política. Transparencia y protocolos claros son necesarios para mitigar percepciones de parcialidad. 

Expectativa sobre posicionamientos oficiales y posibles auditorías internas; el tema seguirá en la agenda pública.