En la cumbre del G20 celebrada en Sudáfrica, los países miembro alcanzaron una declaración que impulsa medidas coordinadas sobre clima, reducción de desigualdades y un marco para crecimiento inclusivo. La declaración fue suscrita por la mayoría de estados asistentes; sin embargo, la delegación estadounidense —y Argentina en un voto distinto— optaron por no apoyar el texto tal como quedó redactado, lo que expone tensiones sobre el método de toma de decisiones del foro y las prioridades geopolíticas para 2026.

Delegados destacaron el acuerdo para explorar la creación de un panel internacional sobre desigualdad y reforzar la cooperación en energía limpia y financiamiento del desarrollo. Analistas interpretan el resultado como un restablecimiento parcial del multilateralismo, aunque subrayan que la ausencia de consenso total podría limitar la aplicación práctica de compromisos.