La Junta de Gobierno del Banco de México anunció un recorte de 25 puntos base a la tasa de referencia, situándola en 7 %, medida con implicaciones directas en la política económica y fiscal del país. 

En su reunión de diciembre, el Banco de México (Banxico) redujo su tasa de interés de referencia a 7 %, el nivel más bajo desde 2022, en un contexto de expectativas inflacionarias moderadas y crecimiento económico débil. Aunque la decisión fue mayoritariamente respaldada por el Consejo, el subgobernador Jonathan Heath votó por mantener la tasa sin recorte, reflejando debates internos sobre el ritmo adecuado de estímulo.
Este movimiento político-económico ocurre en vísperas de decisiones legislativas clave y discusiones presupuestales, vinculando la política monetaria con las prioridades del Ejecutivo y el Legislativo en materia de crecimiento, empleo e inversión interna. 

El recorte refuerza la percepción de Banxico como un actor atento a la desaceleración económica, pero plantea tensiones con políticas fiscales expansivas o intensivas en gasto social. El contraste entre la autonomía formal del banco central y las demandas de crecimiento gubernamental es un eje político crítico para 2026.
 
La reducción de tasas se interpreta como un gesto de apoyo a la recuperación económica, pero también como un desafío para la coordinación entre política monetaria y prioridades de política pública.